Por Sandra Chiong
La biblia narra la historia de David y Goliat. David era un joven israelita que pastoreaba ovejas, con pobres atributos físicos para la batalla y por lo tanto no tenía rango de guerrero en ese momento. Y Goliat, en cambio era un guerrero de enorme estatura y de gran fama, quien amedrentaba al ejército de Israel. Esta historia nos ejemplifica claramente la realidad de muchos en la vida, cuando nuestras dificultades, retos, adversidades, pro-blemas, o enemigos, parecieran que sobrepasan, nuestra estatura o nuestra capacidad.
En tu vida puedes estar enfrentando gigantes como David: un gran desafío, un diagnóstico médico desfavorable, talvez una situación familiar adversa, quizá una nueva vida en nuevo ambiente, pro-bablemente un nuevo empleo o el reto de un nuevo emprendimiento, cualquiera sea tu situación, no temas, y agarra la honda y vence a tu gigante. En 1 Samuel 17:45 dijo David a Goliat; “Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; más yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado.”
Para derribar al gigante, necesitas primero la mentalidad de guerra de David, y no es jactarse de cuando poder, conocimiento, experiencia tú tienes para vencer, sino, más bien, cual es la fe que tú tienes, en nombre de quien tú vas a la batalla. Es probable que en otras batallas hayas perdido, o fracasado, pero muy seguramente fue, porque ibas en tu propia representación, en tu nombre propio lo hiciste y te vencieron. Pero si tú vas con la fe y la mentalidad de victoria, desde antes de luchar, otra historia contaras al final.
1 Samuel 17:50 dice “Así venció David al filisteo con honda y piedra; e hirió al filisteo y lo mató, sin tener David espada en su mano.” Con lo que tu poseas con esos derrotaras a tu adversario, que posees: fe, un sueño, tus valores, tus creencias, tu potencial, tu habilidad, tu experiencia, tu constancia y disciplina, con eso que portas y con Dios, te será suficiente, para vencer a tu gigante.
¿Qué esperas?… ¡agarra la honda y derriba a tu gigante¡