Valesca Ricardo para el periódico Americano Newspaper de New Jersey.

Por: Valesca Ricardo

En lo corrido de este año, 16 líderes y defensores de derechos humanos han sido asesinados a manos de grupos armados.

Luego de seis años de haber firmado el acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) la violencia vuelve a tomar las calles de las comunidades rurales del país, sembrando pánico, indignación e incertidumbre entre los colombianos.

El pasado miércoles 2 de febrero, hombres armados llegaron a la vivienda de Herman Naranjo Quintero, un líder comunal  y comerciante de la localidad de Corocito en Tame, Arauca. Lo amordazaron y secuestraron mientras se encontraba trabajando en su tienda.

Lamentablemente hace un par de horas el Instituto para el Desarrollo y la Paz, Indepaz, anuncio su brutal asesinato, a traves de su cuenta de twitter. El reclutamiento agresivo y la creciente dotación de armas de los grupos al margen de la ley, están marcando  nuevamente el inicio de una era despreciable de guerra que predominó durante 56 años en Colombia.

Por otra parte, la defensoría del pueblo había emitido la Alerta AT 029/29 para este municipio, entre otros. Sin embargo, los habitantes señalaron que las medidas tomadas para la seguridad y protección de los líderes y comunidades de la región son “insuficientes y no obedecen a las particularidades del territorio”, generando inseguridad y temor por posible aumento de estos hechos violentos.

En redes sociales circula un video de Edalid Carrillo, esposa de Herman Naranjo Quintero, donde pide que se le respete la vida y lo devuelvan sano a casa. Luego de la noticia de su asesinato los comentarios de indignación, preocupación y tristeza no se hicieron esperar, generando una ola de protestas virtuales, pidiendo justicia por este caso y los mas de 1.300 lideres sociales asesinados, desde la firma del acuerdo de paz.

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