En esta ocasión estimados lectores, quiere hacer una analogía acerca de este preciosa criatura llamado búfalo, lo tomaré de ejemplo, ya que tiene muchas cualidades que son valiosas de hacer notar. El búfalo es un bovino de fuerza considerable, capacitado para aguantar enormes cargas pesadas. Su energía se pone a prueba cuando está en situaciones de riesgo y es el único bovino que logra hacer frente a leones.
Las fortalezas que le traen triunfo a este animal no son sólo su fuerza, sino también el líquido que almacena en su joroba. El búfalo al estar delante de un enemigo, retrocede, pareciera que huye o se acobarda, sin embargo es una estrategia de defensa, porque al verse amenazado por algún depredador, comienza a mover constantemente la joroba de su espalda y se distribuye por todo su cuerpo la grasa o aceite que hay en ella y cuando el depredador viene a atacarle, sus garras resbalan por el aceite o grasa que está en su pelaje.
Todas las personas vivimos en un entorno amenazante, familia, ciudad, trabajo, etc. Sin embargo así como el búfalo, puedes sacar lo mejor de ti, eso que portas “en tu joroba”, ese aceite o grasa que hará que tus enemigos resbalen. Aquello que traerá victoria y éxito a tu vida.
Aprende del búfalo, enfrenta la vida con fuerza y ocupa tus recursos internos, que solo están en ti. Quizá será esperanza, fe, paciencia, perseverancia, habilidades, conocimientos, determinación, la familia, sueños, metas etc.
En Salmos 92:10 dice: “Pero tú aumentarás mis fuerzas como las del búfalo; seré ungido con aceite fresco”. Dios puede renovar tus fuerzas, y darte nuevas fuerzas cuando no tienes ninguna, como las del búfalo, ara enfrentar tus retos.
La carga que ahora llevas, que sientes muy pesada, la podrás llevar, podrás llegar a donde quieras. Es posible que sólo no lo puedas hacer, pero con Dios todo lo puedes lograr.